sábado, 19 de mayo de 2007

EL CASTIGO DE NUESTRA PAZ

“EL CASTIGO DE NUESTRA PAZ”

Base Bíblica: Más Él herido fue por nuestras rebeliones; molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él: y por su llaga fuimos nosotros curados.” Isaías 53:5

Para poder vivir (ya no tranquilo, ya no sin problemas, ya no sin sobresaltos, como lo que estamos viviendo justo aquí en Monterrey), el hombre necesita paz. La paz, es un elemento esencial en la vida del hombre. ¿Cuál es el efecto que producen las angustias, problemas, enfermedades, violencias, escasez, etc. en la vida del hombre?, exacto, le quitan la paz. Y vivir en esas condiciones no es precisamente vida, mucho menos la vida en abundancia que Cristo promete a sus fieles. Entonces, la Vida en abundancia que Dios promete, incluye necesariamente paz.
Dios también es un Dios de Paz, de hecho la Biblia sostiene que Su paz sobrepasa todo entendimiento, de ese tamaño es la paz de Dios. El no desea la violencia, el enojo, el castigo, etc. Por eso, “nuevas son cada mañana sus misericordias”. Pero así como quiere la paz; también quiere la Justicia; Dios aborrece la injusticia, por eso se levanta a “rescatar al pobre”, a libertar a los cautivos, a proclamar el “año agradable”. En fin, Dios es PAZ. Si Jesucristo es el Príncipe de Paz, y el Espíritu es Espíritu de Paz, Dios es Paz, así como es amor. El siempre ha tenido pensamientos de paz para con los hombres.

Bueno, el hombre necesita la paz, y fue precisamente Dios quien tomó la iniciativa. Como Él quiere la paz, y sabe que el hombre necesita la paz, dio a Su Hijo Jesucristo para que muriera en la cruz por nuestros pecados. Isaías dice: Más Él herido fue por nuestras rebeliones; molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él: y por su llaga fuimos nosotros curados.” Isaías 53:5 y hoy queremos referirnos a esa pequeña parte de esta cita, como enfoque de este sermón.
El ya pago, el ya dijo. Mi paz os dejo, mi paz os doy, no como el mundo la da, Yo os la doy. Ahora nos toca a nosotros tomarla. Pero, no podremos tener paz:

· Mientras haya culpa. No la culpa de lo que paso antes de venir a El, sino la culpa cotidiana de fallarle siempre, constantemente. La culpa de sabernos incapaces o no merecedores su paz. Mientras haya pecado en nuestras vidas, habrá culpa, hay sentencia. La paga del pecado es muerte y no puede tener paz, quien sabe que le espera la muerte. Dice Su palabra, “Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”. La paz se pone al mismo nivel de la santidad, en cuanto al ambiente que impera en el Reino. Y cuando dice “con todos”, incluye por supuesto la paz con Dios, que es uno de los resultantes de la justificación por la fe.

· Mientras haya enemistad. El también dijo, Vosotros sois mis amigos si hacéis las cosas que Yo os mando. No deja alternativa. Hay que obedecerle. Pero ¿como saber si somos amigos de Dios, si a veces no sabemos ni que desobedecemos? Mientras haya enojo, no habrá paz. Una de las cosas que Jesús logró en la cruz fue la reconciliación. Pero, si no venimos a Jesús, jamás habrá reconciliación y esto es grave, pues no habrá paz. Además, hay otro detalle, dice también El: no améis al mundo ni las cosas que están en el mundo, porque el se hace amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. La paz con Dios se establece en la obediencia.

· Mientras haya desacuerdo. Debemos ceder en todo con Dios. Aquí hay algo interesante, nadie puede confiar en su propia prudencia, por eso la Biblia dice Fíate de Jehová, no hay negociación acurda con El. Dice en otra parte Llevad todos vuestros pensamientos cautivos a los pies de Cristo.

· Mientras haya indiferencia. No hay pacto donde una de las partes permanece indiferente. Debemos manifestar una postura Queremos paz o no queremos paz. Esa es la cuestión. Nada es gratis, tenemos que tomar las acciones que sean necesarias.

· Mientras no haya intimidad. En nuestra relación con Dios, el conocimiento es indispensable. Así como en una relación de matrimonio, tengo que conocer hasta el último detalle para poder estar tranquilo. Demos mantener el dialogo para entendernos, debemos estar juntos. No puede el hombre o la mujer tener paz hasta que esta junto a su pareja a la que ama. Es lo mismo con Dios.

No hay razón para seguir sin paz, nosotros hicimos cuanto estuvo a nuestro alcance para perderla, merecemos el castigo de la violencia, de la escasez, de los problemas, de las enfermedades, de las angustias, de las depresiones, pero debemos saber: Jesús ya sufrió el castigo de nuestra paz, y consiguió que nosotros disfrutáramos Su paz, y fuéramos libres del castigo. El en cuanto a los problemas y aflicciones, dice: “Venid a mi todos los que estéis trabajados y cargados, que Yo los haré descansar”, Aleluya. Y por otro lado, en cuanto a la enfermedad, dice también en la Biblia: “Por su llaga fuimos nosotros curados, ¡Gloria a Dios!, Y en cuanto a la escasez, dice: “No os afanéis del día de mañana”, Amén.

El ya tomó la iniciativa para que nosotros tuviéramos paz: El castigo de nuestra paz, ya fue sobre Él. Por eso el saludo entre su pueblo es ¡Shalom!, o sea, la paz de Dios esté contigo. Ah, que glorioso es saber esto, ahora es necesario Buscarle, arrepentirse de los pecados, obedecerle, reconciliarse con Él, darle nuestro corazón, y tener una relación constante y profunda con Él, y si hacemos esto: disfrutemos de Su Paz. Amén.